Perdona, hacía mucho tiempo que no te escribía. Será
que me estoy acostumbrando a esto de que no estés, o será que estoy intentando
engañarme a mí misma y ni con esas lo consigo. Ya te he explicado mil veces mi
situación, y la verdad es que no ha variado mucho desde la última vez que te
escribí. He perdido alguna costumbre, pero las que tienen que ver contigo aún
permanecen aquí. Y creo que tienen intención de quedarse bastante tiempo
más. Quizás ellas también esperan que vuelvas. Los recuerdos se han desordenado un
poco, pero la historia de la que tratan sigue intacta. Bueno, igual el final se ha
distorsionado un poco. Ya sabes, yo y mi manía de recordar las cosas como me
hubiera gustado que fueran. De tanto darle vueltas creo que se desgasto el
momento en que te fuiste, y ya no lo recuerdo como algo doloroso. Aunque
sigue ahí esa lágrima que siempre acaba saliendo. Pero no importa. Ten suerte
con tu vida, y recuerda que en la mía, tu hueco no se va a rellenar nunca. Siempre formaras parte de mi vida, a pesar de las circustancias.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario