viernes, 18 de enero de 2013




Perdona,  hacía mucho tiempo que no te escribía. Será que me estoy acostumbrando a esto de que no estés, o será que estoy intentando engañarme a mí misma y ni con esas lo consigo. Ya te he explicado mil veces mi situación, y la verdad es que no ha variado mucho desde la última vez que te escribí. He perdido alguna costumbre, pero las que tienen que ver contigo aún permanecen aquí. Y creo que tienen intención de quedarse bastante tiempo más. Quizás ellas también esperan que vuelvas. Los recuerdos se han desordenado un poco, pero la historia de la que tratan sigue intacta. Bueno, igual el final se ha distorsionado un poco. Ya sabes, yo y mi manía de recordar las cosas como me hubiera gustado que fueran. De tanto darle vueltas creo que se desgasto el momento en que te fuiste, y ya no lo recuerdo como algo doloroso. Aunque sigue ahí esa lágrima que siempre acaba saliendo. Pero no importa. Ten suerte con tu vida, y recuerda que en la mía, tu hueco no se va a rellenar nunca. Siempre formaras parte de mi vida, a pesar de las circustancias.....




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